En algunas zonas de Huancayo, en Junín, vi que lo escribían como Huanca o Wanka. Como fuera, las referencias a la variante quechua de los Wanca se hace sentir en Huancayo como en esta oferta de compra de comida:
Esta semana tuve la alegría de visitar a los cuatro miembros del equipo de traducción que están revisando el Antiguo Testamento Wanca. Por un par de semanas ellos estuvieron recibiendo capacitación sobre la retrotraducción, que es el proceso de tomar la traducción Wanca y volver a traducir esta a español, tratando de plasmar en este nuevo texto todas las figuras literarias y estilo con el que se ha realizado la traducción. De esta forma otros participantes del proceso, expertos en lingüística y exégesis ayudan a comprobar la validez del texto y marcar cambios necesarios donde se detecten. Durante estas dos últimas semanas ellos realizaron este trabajo sobre el libro de Levíticos.
La revisión Wanca es el proyecto más reciente al que me he unido para apoyar con las capacitaciones en el uso del software para la traducción de la biblia y el seguimiento del avance. Mi visita esta semana fue para conocer más de cerca al equipo y entender sus necesidades respecto a la tecnología para ofrecer mejor ayuda.
Fue muy aleccionador ver cómo el experto en exégesis y lingüística que sabe hablar el quechua de una zona de Huaraz confirmaba que no era posible entender todo el texto o conversaciones en Wanca, pues como toda variante del quechua, las diferencias en el Wanca y el quechua que se habla en Huaraz o Lambayeque son tan grandes como las que existen entre español e italiano, por poner un ejemplo.
Además del trabajo que mencioné, durante estos días también avanzamos en el entrenamiento del software de traducción, principalmente en el análisis de términos importantes. Pudimos utilizar el tiempo para revisar, por ejemplo, cómo se estaba traduciendo el término “tabernáculo” mencionado 41 veces en Levíticos, de modo que confirmaran que su traducción ayude al lector Wanca a entender lo que era el tabernáculo y su función para los israelitas.
Como siempre sucede en los viajes para entrenar a los equipos en Perú, también durante esta semana Marcel, mi compañero en este viaje, y yo pudimos disfrutar de la deliciosa comida de la zona y de paisajes sorprendentes.
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